
Como sucede con la mayor parte de las ciencias relacionadas con la salud, la dermatología entendida como el cuidado de la piel se practicó por mucho tiempo, desde momentos inmemoriales en los cuales el ser humano antiguo ya conocía diferentes elementos para proteger la piel de posibles agresiones del medio en el cual vivía así como también para curar enfermedades o alteraciones que la misma pudiera presentar. Sin embargo, a la dermatología como la conocemos hoy puede considerársela una ciencia relativamente joven ya que los primeros registros de preocupaciones por la salud de la piel en ámbitos médicos modernos surgen recién en el siglo XIX.